Atravesamos la península para poder disfrutar de la carrera multitudinaria Cursa Bombers de Barcelona, y la verdad es que, aunque sea por probar la experiencia, merece la pena.
Salimos del curro el viernes, y corriendo como siempre, terminamos de preparar los bártulos, echamos los tenis de correr y partimos hacia el aeropuerto de Málaga, dónde nos esperaba un avión rumbo a Barcelona. Cuando llegamos aún nos esperaban despiertos los más peques de la familia... ¡pa comérselos!
Hicimos un poco de tertulia delante de una estupenda Quiche que nos preparó Jordina para cenar y nos retiramos a dormir. Al día siguiente nos esperaba un buen pateo por la ciudad condal.
Un desayuno potente y a devorar calles. El Piani nos haría el favor de recoger las camisetas dorsal y el chip. Nosotros bajariamos desde la calle donde nació El Pescailla, en el corazón del mítico barrio de Gràcia, cuna de la rumba catalana hacia el centro por sus amplias avenidas, llegando hasta la Rambla de las Flores, donde como siempre nos hicieron despertar la curiosidad el ingenio de algunos mimos. Visitamos el típico mercado de la Boquería, con sus vistosos puestos de frutas exóticas, caramelos, chocolates, marisqueria, verduras entre todos los productos que os pudierais imaginar.
Para reponer pilas elegimos para comer un Buffet de comida japonesa,... ya os podéis imaginar como nos pusimos... así que para bajar la comida tendríamos que dar algún paseo más, decidimos visitar la zona de la catedral y el barrio gótico.
Hicimos un poco de tertulia delante de una estupenda Quiche que nos preparó Jordina para cenar y nos retiramos a dormir. Al día siguiente nos esperaba un buen pateo por la ciudad condal.
Un desayuno potente y a devorar calles. El Piani nos haría el favor de recoger las camisetas dorsal y el chip. Nosotros bajariamos desde la calle donde nació El Pescailla, en el corazón del mítico barrio de Gràcia, cuna de la rumba catalana hacia el centro por sus amplias avenidas, llegando hasta la Rambla de las Flores, donde como siempre nos hicieron despertar la curiosidad el ingenio de algunos mimos. Visitamos el típico mercado de la Boquería, con sus vistosos puestos de frutas exóticas, caramelos, chocolates, marisqueria, verduras entre todos los productos que os pudierais imaginar.
Para reponer pilas elegimos para comer un Buffet de comida japonesa,... ya os podéis imaginar como nos pusimos... así que para bajar la comida tendríamos que dar algún paseo más, decidimos visitar la zona de la catedral y el barrio gótico.
Durante nuestra ruta turística paramos en algunas tiendas y mercadillos callejeros: el mercadillo culinario de la Plaza del Pí, donde nos rendimos a comprar unas estupendas mezclas de especias para las ensaladas, el mercadillo de artesanía en el Portal del Ángel y el de antigüedades en la Plaza de la Catedral.
Tras tomarnos un cafelito por el centro, tocamos retirada ya derrotados.
El domingo, por fin llegó el gran día, nos levantamos ilusionados. Seríamos 5 corredores, Manolo (Sin Piernas), Javi (NSLP), Jose (El Piani), Julián y yo (Aguerrida).
Tras tomarnos un cafelito por el centro, tocamos retirada ya derrotados.
El domingo, por fin llegó el gran día, nos levantamos ilusionados. Seríamos 5 corredores, Manolo (Sin Piernas), Javi (NSLP), Jose (El Piani), Julián y yo (Aguerrida).
Nos acompañaban un aférrimo equipo de animadores: Jordina, Marisa (Chikituja), Abril (Bicho) y Arán (Pollo).
Cogimos el metro y llegamos a la zona de salida sobre las 9:30h. donde conocimos a Jordi, colega de mi hermano y bomber de Barcelona. Este año llevarían una camiseta en memoria del bombero fallecido en la central eléctrica tras salvar la vida un niño.
Desde que salimos de casa ya nos íbamos cruzando con gente "azul", por las calles, el metro, que poco a poco nos íbamos dirigiendo al punto de salida. En la zona, el Parc de la Ciutatella, ya todo era un gran ambiente de fiesta, música, nervios, impaciencia, emoción... la gente cantaba, bailaba, saludaban a las cámaras que iban mostrando en unas pantallas gigantes la algarabía existente. Con gran puntualidad se comenzó la cuenta atrás, todos gritábamos 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1.....!!!!!!!! petardazo y papelillos de colores, sobretodo para los primeros, nosotros pasaríamos por la salida 5min después, empezando a trabajar el chip que nos dieron tras pasar el control.
La marea azul se desplazaba rápidamente invadiendo las amplias avenidas de la ciudad, donde eramos incapaces de divisar el principio y el fin del pelotón. Saludamos a Colón que nos miraba atónito un año más, subimos por el Paral-lel, nos extendimos como una plaga por las calles cuadriculadas del Example, atravesamos el corazón de la ciudad por la Gran Vía. Durante el recorrido el público animaba y si no lo hacíamos nosotros, naciendo espóntáneos focos de palmas sincronizadas.
Poco a poco íbamos dejando kilómetros atrás, para acercarnos a Vía Laietana, dónde pudimos admirar desde el inicio de la calle las miles de personas que nos precedían. Durante el último kilómetro nos empujaban a llegar a meta los grupos de percusionistas que a buen ritmo nos iban alentando en la recta final, todo se hacía fiesta. Como buen equipo enfilamos juntos la linea de llegada con la satisfacción de haber disfrutado enormemente del evento. De nuevo, sin entrenar, prueba conseguida... "semos unos mákinas",...hasta bajamos el tiempo de la edición del 2008.
Como no podía ser de otra manera, esto había que celebrarlo ¡cómo! Comiendo claro. Así que ahora tocarían unos pintxos vascos. ¡A por ellos! Aún disfrutábamos de la comida cuando leímos en algún periódico algo de que las cenizas del volcán de Islandía sobrevolaba cielos españoles eh..."%&$*Ç:->! JaJaJa... todavía nos quedaremos en tierra.
Más tarde nos confirmarían a través de la página de Aena, que el aeropuerto de Barcelona permanecía cerrado, así que nos acercaríamos al aeropuerto dónde lo único que pudieron hacer por nosotros fue darnos un billete para el día siguiente a última hora. Sólo nos quedaba la opción de poder disfrutar del día que se nos había brindado, así que aprovechamos para poder visitar la tienda de bicis Probike y el parque Güell.
En el viaje, hemos disfrutado desde que nos subimos al avión. Una carrera ESPECTACULAR, envuelta en música, colores y buen rollo.
Como no podía ser menos agradecer a Jose y Jordina la gran hospitalidad brindada. Nos vemos pronto.
FOTOS
1 comentario:
Genial la crónica. Enhorabuena por la experiencia polaca.
S2
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