Nos fuimos a Prado del Rey para participar en una de las
grande, el Utra Trail Sierra de Bandoleros, aunque nosotros participábamos en la
corta (Bandolerita) 76 kms y + 3300 m de desnivel positivo no por ser mas corta
era mas fácil ya que incluía todas las dificultades y las zonas mas técnicas de su
hermana mayor.
Allí nos presentamos Ángel "legia", El incombustible Manolo "Sin Piernas" y Javi NLSP y como equipo de animadores Soraya, Antonio, Inma, Esteban, Aguerrida y Andrea. Nos encontramos con Juan "comecaminos" y Oscar Melero en la plaza, con los que compartiríamos toda la carrera.
La salida estaba prevista para las 12:00 de la mañana del sábado, una hora un poco rara, pero que estaba pensada para que la entrada en meta fuera conjunta entre los corredores de la corta con los corredores de la Larga.
Desde que llegamos, estuvimos deambulando por la plaza del pueblo, recogimos los dorsales y nos paseamos por los distintos puestos que formaban la feria del corredor. Haciendo una parada en el stand de Eliterunner de nuestro amigo Fran. También coincidimos con Aitor y Adrián, organizadores del Eurafrica Trail, de cuyo comité técnico formamos parte, que estaba promocionando la carrera y realizaba un sorteo de un par de dorsales .
Luego fuimos coincidiendo con grandes amigos curtidos en mil y una carrera como la Cai Family, Jimmy, Peka, Falín, ... yéndonos a desayunar todos juntos.
Nos fuimos al cajón de salida, pasamos la revisión del material obligatorio, mientras esperábamos el trabucazo intentábamos apaciguar los nervios bromeando entre nosotros por la gran incertidumbre de lo que nos esperaba.
A las 12:20 se dio la salida, nos deseamos suerte y salimos corriendo emocionados por las calles de Prado del Rey, en busca del carril que nos conduciría hacia El Bosque, por el camino nos topamos con una gran cantidad de cerdos ibéricos que tenían bonitos hasta los andares. Este tramo era el más fácil de la jornada.
A la salida del Bosque nos enfrentamos a la primera subida exigente del día, un impresionante cortafuegos. Nada más comenzar a subir Ángel "legía" empezó a no encontrarse bien por lo que se quedaba rezagado. Javi NSLP, se quedó para ver si se recuperaba y tirar de él, el resto del grupo continuo quedando con ellos en el avituallamiento de Llanos del Campo.
En el avituallamiento, Ángel seguía sin recuperarse, nos quedamos Manolo y Javi acompañándolo para comenzar el ascenso del puerto del Boyar.
Ángel seguía quedándose descolgado, no era su día, por lo que nos dijo que nos marcháramos e intentáramos llegar al puerto del Boyar antes del tiempo de corte, que él, cuando llegara decidiría si continuaba. Aceleramos el ritmo para intentar conectar con el grupo al que alcanzamos a la altura del Torreón.
Una vez en el avituallamiento del Boyar esperando a Ángel, este nos llamó comunicándonos que se retiraba (mala noticia), que no iba muy bien, comunicándonos que intentaría vernos luego en Villaluega del Rosario.
El próximo objetivo del grupo era llegar a Villaluenga del Rosario de día, puesto que conocíamos la bajada del Navazo Alto y sabíamos que ésta era muy técnica y peligrosa, si pierdes pie puedes aparecer en la plaza de toros del pueblo.
Nos pusimos en marcha y empezamos a ascender el puerto de las Presillas zona muy técnica con mucha roca caliza, bajamos a los llanos del Endrinal y de nuevo para arriba hacia el Simancón.
Por fin llegamos al Navazo alto y comenzamos el descenso, aún era de día por lo que el objetivo estaba casi conseguido, atrapándonos la noche casi a la entrada del pueblo.
En el avituallamiento situado en la plaza del pueblo, nos encontramos con Ángel que estaba esperándonos junto al resto del equipo de animadores, comprobando que se encontraba bien y recuperado.
Comimos algo caliente, pasta y sobre todo nos inflamos de queso Payoyo, ya que nos encontrábamos en la capital de esta joya gastronómicas, también nos encontramos con nuestros amigos Lairet y Rafael que hacían la prueba larga, saludándolos y deseándoles suerte.
Allí nos cambiamos de ropa y nos preparamos para la noche, pero antes de partir, Ángel nos tenia preparadas unas cervecitas
y unos montaditos que no pudimos rechazar.
Salimos dirección hacia Grazalema con la tranquilidad de
haber superado los tiempos de corte, por lo que comenzamos un largo ascenso muy
pedregoso (la tónica del día) donde estábamos muy atentos de no saltarnos
ninguna baliza para no perdernos.
Durante el ascenso pudimos apreciar la belleza de la luz de la luna reflejada
en la roca caliza creando una atmósfera idílica.
Después de varias horas llegamos a Grazalema, fuimos a
buscar el avituallamiento, el frío se hacia notar y empezaba a calar. Comimos
algo y nos quedamos con las ganas de tomarnos una “rubia”, por lo que salimos
dirección al puerto del Boyar, al ir subiendo por una calle vimos a un motón de
gente en la puerta de un Pub que empezaron a animarnos. Nosotros sin mediar
palabra y con una mirada cómplice entramos en el Pub para tomarnos nuestra
ansiada “rubia”.
La gente del pub se quedó con cara de sorpresa al vernos
entrar equipados con las mochilas, frontales, bastones…etc. nos costó mucho irnos
de allí ya que se estaba muy calentito y muy bien acompañados.
Pero el “oficio” tira, continuamos hasta el Boyar, donde comenzamos una larga bajada hasta llegar a Benamahoma, que estaban de carnaval,
con el personal disfrazado por las calles, así que no desentonábamos muchos…volvimos
a oír los cantos de sirena para que
darnos allí de fiesta pero pudimos resistir la tentación y fuimos al
avituallamiento, intentado no parar demasiado tiempo ya que teníamos frío y preferíamos
continuar.
Tomamos el camino paralelo al río Majaceite, la humedad y el
frío eran terrible, el camino nos llevaba continuamente aun lado y a otro de
río a través de unas estrechas pasarelas. Aceleramos el ritmo para volver a
entrar en calor.
Al fin en el Bosque último avituallamiento antes de entrar
en meta, ya solo nos quedan 11 kms. Estos eran por una pista sin dificultad
pero que se hicieron muy tediosos por el ansia que teníamos de llegar…y sobre
todo cuando tienes el pueblo a la vista y empiezan a marearte dando vueltas
para hacer más kms.
Llegamos al pueblo
tras subir una fuerte pendiente, esperamos a
Oscar que iba un poco tocado, para reagruparnos y entrar todos juntos en meta.
Fuimos recibidos por Antonio, Aguerrida y Ángel a los que hicimos madrugar para vernos
llegar, fue todo un detalle.
En definitiva, una carrera espectacular, muy dura, muy
técnica y a la vez extremadamente bella. Conseguimos nuestro preciado objetivo
que no era otro que terminar y obtener nuestra graduación en la universidad de
la Sierra de Grazalema en la especialidad “Bandolerita”
La organización estuvo a un gran nivel, sobre todos los
voluntarios y la gente de los pueblos que se volcaron con el evento.
El año que viene volveremos, Ángel tiene una cuenta
pendiente que hay que saldar a trabucazos y con la faca y sobre todo volveremos
por esos avituallamientos repletos de Payoyo.
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