Tuvimos la suerte otro año más de volver a Tierra Santa para
participar en nuestros queridos y adorados 101 km de Ronda, en su edición
número XX.
Mítica prueba de la que se escribe y se habla cada vez más en
redes sociales y medios de comunicación destacando el espíritu de compañerismo
y superación, la cual recomendamos que por
lo menos se participe una vez. (el 80 % quedan enganchado engrosando la familia Cientounera).
En contrapartida a la creciente popularidad de esta fiesta del deporte es que
el inscribirse se convierte en una autentica odisea ya que las 7500 plazas de las distintas modalidades de carrera se agotan en
segundos , bloqueándose los servidores y quedando en lista de espera más de
20000 solicitudes.
Para nuestro Club ha sido la presencia más numerosa de todas
las ediciones en la que hemos estado presentes con un total de 15 miembros adultos todos en
la modalidad de marcha y la presencia de David Mota (hijo) en la carrera
infantil.
Este año no tuvimos la fortuna de hacer pleno, no pudimos llegar
todos a la ansiada meta. Desde aquí indicar que estamos muy orgulloso de ellos
a los que queremos a animarlos y darles un fuerte abrazo porque por el simple hecho de
inscribirse e intentarlo tiene nuestro máximo respecto. También queremos
alentar a que sigan perseverando y lo vuelvan a intentar porque el que “la sigue la consigue” y en nuestro Club, si
algo nos distingue es
que a cabezones y tercos no nos gana nadie.
Los compañeros que tuvieron la suerte de poder acabar nuestra
más sincera enhorabuena, sintieron el subidón de adrenalina cuando terminas de
subir la cuesta del cachondeo y enfilas
las calles de Ronda, con la sonrisa de oreja a oreja, desapareciendo el
cansancio, los dolores, los malos momentos, las ampollas…vas en una nube hacia
la meta y si además tienes la suerte de tener a alguien esperándote es el no
vas más.
No queríamos olvidar ni pasar por alto el apoyo recibido
tanto vía telefónica (whatsapp) como los compañeros de Club y familiares que
estuvieron siguiéndonos por todo el recorrido, animándonos, haciéndonos fotos o
suministrándonos cualquier cosa que pudiéramos necesitar ( por llevar, nos
llevaron hasta ensaladilla rusa, jjj Gracias, Isa), es de agradecer y viene muy
bien ver caras conocidas para superar los malos momentos del camino.
El próximo año, encomendarnos a todos los entes divinos para conseguir plaza para volver en peregrinación a Tierra Santa para
revivir las alegrías y las penurias del camino (sarna con gusto no pica) compartir
kilómetros, chistes, ocurrencias, el reencuentro con viejos amigos , hacer nuevos
amistades, hacer una piña unida con el firme propósito de llegar todos a la Alameda.
¡¡¡¡GRANDE NO SIENTO LAS PIERNAS!!!!
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