Volvimos un año más a Tierra Santa para poder disfrutar de
nuestra prueba reina, que aunque sabemos que no es ni la más bonita ni la más
dura del calendario, que para nosotros tiene una magia especial que nos cautiva
y nos engancha año tras año y que todo corredor de Ultrafondo o de MTB debe de
realizar por lo menos una vez.
Para nuestro Club, ha sido la presencia más numerosa de
todas las ediciones en las que hemos
estado presentes. Acudiendo con un total de 12 participantes, repartidos de la siguiente
forma: 10 en la modalidad de marcha y dos en la modalidad de MTB. También
contamos con el apoyo logístico de Antonio, Inma, Vito y Aguerrida cuyo aliento y ánimos nos vieron muy bien
durante la carrera.
El fin de semana de la carrera, Ronda está con una ambiente
especial y embriagador, respirándose una atmósfera en la que solo se habla de
deporte, tácticas para la carrera y
vivencias de pasadas ediciones. Siendo muy emocionante el reencuentro con los
ciento un amigos que has hecho durante pasadas batallas cientouneras, localizándose
el epicentro en la Alameda.
Tuvimos la suerte de integrar y conocer en persona a los nuevos miembros del Club, Los hermanos
Mota y Jorge, Coincidiendo con ellos en el puente de la Ventilla, que por un
motivo u otro no pudimos coincidir el día antes para darles la bienvenida y la
entrega de la camiseta, que espero que luzcan con orgullo y la suden. Pudiendo
disfrutar de un buen número de kilómetros juntos y agradecerles el avituallamiento extra en la casa rural que
tenían alquilada a pie de carrera antes de entrar en Arriate.
Durante la carrera tuvimos oportunidad de comprobar el lema
de la prueba “ Sufrimiento y Dureza” pasando por varios estados de ánimo, desde
la euforia hasta la ausencia mental motivada por asuntos personales que te hacían
caminar como un autómata sin saber ni por donde ibas.
Animar y dar un fuerte abrazo a los compañeros que no
pudieron acabar , que solo por el hecho de inscribirse y atreverse a hacerlo
tiene nuestro máximo respeto y que a lo largo de tantas horas una pajara, un
desvanecimiento, o una mala pasada de la cabeza le puede pasar a cualquiera,
incluido a los superentrenados y los más grande de este mundillo. Así pues les aliento e incito a que sigan perseverando y lo intenten de nuevo. Como se
suele decir, si te caes 100 veces hay que levantarse 101 veces. Si algo tenemos
en nuestra particular filosofía de la Peña es que a cabezones no nos ganas
nadie.
Los que tuvimos la suerte de poder acabar tuvimos una mezcla de sentimientos encontrados, contentos
por haber acabado y entristecidos por los compañeros que no lo consiguieron.
También nos trajimos una buena colección de ampollas de recuerdo.
El año que viene, no sabemos lo que nos deparará el futuro,
pero una cosa es segura, que intentaremos
volver a nuestra ineludible cita en Tierra Santa y disfrutar
de ese maravilloso ambiente en el campo de fútbol antes del cañonazo.
Por último, decir que estoy muy orgulloso de mi gente y de pertenecer a
esta Peña, pudiendo compartir caminos y kilómetros con ellos.
GRANDE
NSLP!!!!!!
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