Para estirar piernas y echar fuera la mañana del domingo, nos fuimos a Sierra Crestellina, lugar que teníamos muchas ganas de visitar y que siempre dejábamos para otra ocasión.
Sierra Crestellina, es un paraje natural próximo a la localidad de Casares donde habita una importante colonia de buitres leonados. Posee dos cumbre, una a cada extremo de la sierra. En la zona Sur el pico de Casares con 906 m de altura y en la zona Norte el cerro de las Chapas de 946 m. de altura. A este último fue donde ascendimos y desde donde pudimos observar unas magnificas panorámicas del valle del Genal con sus pueblos salpicados, sierra Bermeja y la costa, apreciándose la Bahía de Algeciras, Gibraltar y la costa africana.
Iniciamos la ruta por el sendero ubicado frente al restaurante Laura, desde allí por un camino ancho siempre ascendente, encontramos una fuente y una finca con el curioso nombre de Xochipilli (Dios Azteca de las flores). Seguimos subiendo hasta topar con una barrera donde encontramos un cartel que indica "sendero Crestellina natural". A partir de aquí el sendero se vuelve más estrecho y con matorral, un poco más adelante encontramos una bifurcación: hacia la derecha nos lleva al cerro de las Chapas y a la izquierda al refugio.
En primer lugar tomamos el sendero de la derecha para ir a la cumbre de las Chapas, cuyas últimas estribaciones se tornan duras por la fuerte pendiente. Ya en la cumbre, el sentido de la vista es recompensado con los maravillosos paisajes que se pueden admirar.
Investigamos si había algún camino que comunicara por la cresta ambas cumbres, pero no lo había por lo que el desafio para hacerlo campo a través queda pendiente para otra ocasión ya que habíamos quedado para comer.
Bajamos por el mismo camino hasta la bifurcación, para dirigirnos esta vez al refugio. Antes de llegar a éste, existe un desvío que lleva a un mirador donde se pueden contemplar una estupenda postal del pueblo de Casares encaramado en las rocas.
Después de ver tan magnifica estampa nos dirigimos al refugio que se encuentra a unos 500 metros y desde allí por un tortuoso camino de descenso que nos lleva a la carretera y desde allí hasta el lugar donde habíamos dejado el coche.
Magnifico pateo de poco más de tres horas y media con un recorrido aproximado de 11,5 kms. y una dificultad media-baja, donde el sentido de la vista goza con los esplendidos paisajes que se pueden contemplar.
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