Una vez más estuvimos de peregrinación por Tierra Santa en el día de Andalucía para acudir a nuestra tradicional cita de la Quedada PreHomenaje de reconocimiento del terreno.
En esta ocasión la meteorología nos tenía reservada una sorpresa en forma de gran nevada. Hasta allí nos desplazamos Juan Comecaminos y Javi NSLP, echando mucho de menos a Aguerrida que por motivos laborales no pudo asistir.
Cuando íbamos de camino hacia Ronda, nada más comenzar el ascenso por la carretera de San Pedro, nos encontramos con un control de la Guardia Civil que nos informaba que la carretera estaba cortada debido a la nieve y que no podríamos subir hasta que pasara la maquina quitanieves, cosa a la que no estamos acostumbrados a escuchar por esta zona, quedándonos flipados. Volvimos a San Pedro para buscar un lugar donde desayunar y avisamos a Caiman organizador de la quedada de que no podríamos llegar a la hora establecida y que se marcharan sin nosotros.
Sobre las 10:00h abrieron la carretera y pusimos rumbo a Ronda. Los paisajes eran impresionantes, ver todo cubierto por un bonito manto blanco que hacia que tu mente viajara más allá de la serranía de Ronda, parecía que estábamos en Andorra.
En Ronda, estacionamos el vehículo y nos fuimos a pasear para hacer tiempo hasta que llegaran nuestros amigos de la ruta, decidiendo dar una vuelta por la garganta del Tajo bajo el Puente Nuevo, visitando restos de murallas y molinos de agua abandonados, incluso estuvimos mirando una vía ferrata. Tomamos un sendero que nos llevó a la mítica cuesta del "cachondeo" que nos hizo soñar que la subíamos el 12 de mayo lo que significaría que habríamos terminado los 101 un año más.
Volvimos a la ciudad donde buscamos un buen bar que nos indicó un lugareño donde recuperamos fuerzas. Ese "boquete" se va a convertir en un fijo cada vez que volvamos a la ciudad.
Luego fuimos al punto de reunión donde se había concertado la comida el Hotel Berlanga, que será la nueva sede para la celebración de actos de Los Últimos Susmurais en el próximo Homenaje.
Llegaron nuestros amigos, después de los saludos y de ponernos los dientes largos pasamos al comedor donde estuvimos comentando nuestras próximas aventuras y dimos buena cuenta del plato de callos, que con el frío que hacia, sentó de maravilla.
La comida fue un poco express pues empezó a nevar y el tiempo estaba empeorando, lo que nos hacía temer que volvieran a cortar la carretera.
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