NO SIENTO LAS PIERNAS

jueves, 21 de mayo de 2009

13ª EDICIÓN - 101 KM DE RONDA 2009 (15 AL 17 DE MAYO)

Viernes 15 de mayo

Un año más nos dirigíamos a nuestro evento anual por excelencia “Los 101”. Una locura que consigue concentrar a compañeros ilusionados, nerviosos y ansiosos por “disfrutar” de un calvario que a lo largo de todo un año te hace obsesionarte con los entrenamientos, robando tiempo de donde no lo hay y luchar por llegar a ser lo que en todas las carreras denominan “Finisher” y en ésta, que hasta para esto es especial, lo denominan CIENTUNERO.

Salimos de Algeciras sobre las 14:00h bocata en mano y tirando millas para llegar a Ronda. Dimos una vuelta por la Alameda, pasando revista a ver si faltaba algún camión, algún legionario, algún stand,… no faltaba detalle, allí empezamos a cruzarnos con los hermanos SUS-MURAIS y otros compañeros de batalla. Sobre las 20h nos dirigimos a la Sede Social de los Sus-murais (Bar La Giralda), donde se bautizó ante un baño de masas el estandarte y se entregaron los Haki-machis que muchos de los integrantes lucirían durante la prueba.


Una vez en el hogar rondeño, como todos los años, realizamos nuestro “Ritual de colocación de dorsales”, donde nos concentramos en lucir las vestimentas que portaríamos durante la batalla (maillot, culottes, casco, etc.), paseillo torero, brindis cervecero por la etapa venidera y el momento cumbre de colocación del dorsal bicicletero.

Posteriormente, como manda la tradición, prepararíamos la “Cena de la Pasta” (pasta, ensalada, cerveza, vino...), tras una amena charla recordando los puntos de paso que nos esperarían al día siguiente (para los neófitos, los máquinas exponiendo sus estrategias…), preparamos la mesa para el desayuno y tocamos retirada, donde cada guerrillero se retiraría a meditar a sus aposentos hasta la luz del alba.


Sábado 16 de mayo “El Gran Día”


Algunos llevábamos despiertos desde las 6 de la mañana, otros dormirían a pierna suelta. A las 7 nos pusimos en pie para realizar un desayuno completo y llegar con tiempo suficiente. Nos dirigimos hacia el campo de fútbol sobre las 8:30 h. para que no nos cogiera el aluvión de gente, una vez sellado el pasaporte y dentro del campo

empezamos a hacer fotos, a intentar ver a compañeros y matar el tiempo hasta la hora de la salida, poco antes nos deseamos suerte y chupinazo!!, Salimos todos como cohetes y eso que era el tramo neutralizado por las calles de Ronda, pero si ibas un poco lento te absorbía la marabunta de ciclista con el peligro de las montoneras. Nos detuvieron a las afueras a la espera de la salida oficial, que se dió con un poco de retraso.

Salimos por la carretera de circunvalación buscando los primeros

carriles donde se produjeron inmensas nubes de polvo que dificultaban la visión y que para un alérgico como yo, nos afectaban demasiado. Nos dirigimos hacia el bucle de las Navetas-Ascari, el pelotón todavía era muy numeroso, habiendo dificultades al intentar pedalear cuesta arriba y encontrar ciclistas empujando la bici y no pudiéndose apartar al no existir sitio. A estas altura de carrera el calor ya era sofocante. Pedaleábamos hacia Arriate, donde todo el pueblo estaba volcado en sus calles animando a la serpiente multicolor. A las afuera de éste, nos encontramos con el primer puerto importante de la carrera, “El salinas”, conocido popularmente como el Puerto de Los Cochinos. Subo más o menos bien, sin muchas dificultades salvo por el maldito calor. Después de una gran subida viene una gran bajada, que hice con bastante precaución por la existencia de varias trampas de arena que te provocaban extraños en la bici y el riesgo de caerte y peligrar el objetivo del día “Terminar, y de una pieza”.


Nos dirigimos hacia Setenil por un trazado que era nuevo este año, entrando por las calles principales del pueblo y dirigiéndonos hacia la sorpresa del día “la nueva cuesta del purgatorio” puerto muy duro, que aunque era corto parecía interminable, el termómetro del computador marcaba 42,3 ºC, allí me pillo el tío del mazo, y se me pasó por la cabeza en un par de ocasiones el bajarme de la bici. Superada la dificultad, comenzamos el largo descenso hacia el cuartel, hay que estar despierto si no quieres sorpresas no deseadas, llegado al río antes del paso a nivel me encuentro a Aguerrida haciendo fotos como una campeona, me paro y pregunto por si había visto pasar a algún compañero, tras un respiro y un poco de “power” llego al cuartel, me tomo una coca cola y a buscar el tercer calvario del día La Ermita”. En la ascensión me encuentro con Rafael que iba un poco cascado, al llegar a un tramo escarpado la bici le hace un caballito, se cae, pero sin consecuencias. A partir de aquí ya sigo solo en busca de los tramos de mas 24% de pendiente, me bajo de la bici, agacho la cabeza y a empujar por esas cuestas de piedras sueltas con el calor asfixiante. Iba encontrando a ciclistas a ambos lados del camino, intentando buscar una pizca de sombra, llegando a la ermita ¡sorpresa! es la romería de Montejaque, por lo que había un ambientazo increíble y hartándose de cervezas fresquitas y uno con la boca como un zapato. Comenzamos el serpenteante descenso hasta el avituallamiento de Montejaque, donde había un legionario con una manguera pidiéndole que me diera una ducha.

Bajada hacía Benaoján por la carretera, alcanzando velocidades de hasta 60km/h, llegamos a la Estación yendo paralelo al río por un sendero sinuoso próximo a la Cueva del Gato. Cogimos la pista paralela a la vía que nos llevaría a las cercanías del Cuartel. Por allí nos íbamos cruzando con los que todavía tenían que subir a la ermita… en esos momentos pensaba,… ¡lo que les espera!.

Llegados a la carretera nos desviaron hacia el Collado del Tajo, ya solo pensaba esto está terminado y ¡tengo que llegar aunque sea a pie!. Este año me había propuesto subir el cachondeo sin poner un pie en el suelo, y lo conseguí en las dos primeras rampas duras, hasta que me encontré a una petarda con un coche atravesado en medio de la cuesta, no siendo capaz de moverlo tras intentarlo en reiteradas ocasiones. Lo único que consiguió fue quemar embrague y obligarme a bajar de la bici, hasta cerca del último tramo que empecé de nuevo a pedalear.

Ya en las calles de Ronda, el ánimo de la gente te hacía ir en volandas, metí desarrollo y hacia la Alameda con una sonrisa de oreja a oreja en busca de la gloria personal. Entré en meta y un legionario me puso la medalla, me dió la enhorabuena y la mano, entonces pensé ¡este CALVARIO ha merecido la pena!

Después de una gratificante ducha y una espléndida cena-barbacoa, a penas sin descanso, nos fuimos a dar ánimos a los marchadores que se aproximaban al cuartel (aproximadamente km 76), agradeciéndonos, aquellos que todavía tenían aliento, esas calurosas palabras de apoyo. Allí estuvimos hasta las 3 de la madrugada, retirándonos luego a un merecido descanso… bueno no tanto.


Domingo 17 de mayo “La emoción de los últimos Cientuneros”


A las 7:30h ya estábamos de nuevo en pie, camino de la Alameda rondeña para recibir a los últimos marchadores de la presente edición, lo más emotivo. Nos dirigimos a la Cuesta del Cachondeo, que por su especial dureza después de tantos km a la espalda y escuchando al speaker de la meta, muchos de ellos ansiaban conocer la exactitud de la distancia que les quedaba para afrontar el último reto, más sicológico que físico. En esos momentos el cuerpo ya sólo responde por inercia.


Esta ha sido la edición que hemos vivido con mayor intensidad, esperando que aún nos queden muchas más…


Los 101 de Hispano

De nuevo un año más hemos salido sanos, salvos y orgullosos de haber participado y terminado esta fatigosa prueba. Éste año, y llevo tres consecutivos participando y finalizando, he aprendido a ser más humilde, estaba con un cabreo impresionante porque me encontraba bien y cuando todo va bien todo es más fácil. Pero pinché y me caí en la curva de izquierdas dentro de Setenil, a 200 metros del avituallamiento, cambio cámara, como y sigo. Bien pues en la cuesta después del avituallamiento en el kilómetro 63 vuelvo a pinchar, no creía que me estuviese pasando a mi.
Al llegar al río antes del cuartel me esperaban mi mujer y mi hijo para darme una cámara nueva, puesto que si quería seguir y pinchaba ya no me quedaban más. Pero cuando les ví era tal mi enfado, que me iba a retirar, porque casi en todas las pruebas pincho, soy un gafe me dije, ya no corro más me voy. Mi mujer y mi hijo me animaron a
continuar, mi problema no era físico sino psíquico, y me animaron, pero reaccione después de que mi hijo de 10 años me dijera, no seas cobarde papá, ¡sigue!, hay personas minusválidas que no se vienen abajo. Aquello me hizo pensar que soy un privilegiado y que las barreras sólo se las pone uno. Continué y por todo el camino me fui acordando de aquellas palabras y de mi mujer y mis amigos que me esperaban en meta Maisa y Javi que participó y batió el tío su propia marca (enhorabuena). Me fui haciendo más fuerte, ya nada me podía detener, entraría aunque fuera a rastras y la satisfacción de cruzar meta y ver sus caras de felicidad, no tiene precio, se me saltaron las lágrimas porque de no ser por ellos me hubiese retirado.
Aprendí que por bien o mal que estés en los 101 se trata de vencer barreras, sólo así, independientemente del tiempo en que lo realices, estarás satisfecho.

1 comentario:

manologarcía dijo...

Hola, magnífico peazo de reportaje fotográfico, nos vemos en la proxima.
Manolook