Un año más nos dirigíamos a nuestro evento anual por excelencia “Los
Salimos de Algeciras sobre las 14:00h bocata en mano y tirando millas para llegar a Ronda. Dimos una vuelta por
Una vez en el hogar rondeño, como todos los años, realizamos nuestro “Ritual de colocación de dorsales”, donde nos concentramos en lucir las vestimentas que portaríamos durante la batalla (maillot, culottes, casco, etc.), paseillo torero, brindis cervecero por la etapa venidera y el momento cumbre de colocación del dorsal bicicletero.
Posteriormente, como manda la tradición, prepararíamos la “Cena de
Sábado 16 de mayo “El Gran Día”
Algunos llevábamos despiertos desde las 6 de la mañana, otros dormirían a pierna suelta. A las 7 nos pusimos en pie para realizar un desayuno completo y llegar con tiempo suficiente. Nos dirigimos hacia el campo de fútbol sobre las 8:30 h. para que no nos cogiera el aluvión de gente, una vez sellado el pasaporte y dentro del campo
empezamos a hacer fotos, a intentar ver a compañeros y matar el tiempo hasta la hora de la salida, poco antes nos deseamos suerte y chupinazo!!, Salimos todos como cohetes y eso que era el tramo neutralizado por las calles de Ronda, pero si ibas un poco lento te absorbía la marabunta de ciclista con el peligro de las montoneras. Nos detuvieron a las afueras a la espera de la salida oficial, que se dió con un poco de retraso.
Salimos por la carretera de circunvalación buscando los primeros
carriles donde se produjeron inmensas nubes de polvo que dificultaban la visión y que para un alérgico como yo, nos afectaban demasiado. Nos dirigimos hacia el bucle de las Navetas-Ascari, el pelotón todavía era muy numeroso, habiendo dificultades al intentar pedalear cuesta arriba y encontrar ciclistas empujando la bici y no pudiéndose apartar al no existir sitio. A estas altura de carrera el calor ya era sofocante. Pedaleábamos hacia Arriate, donde todo el pueblo estaba volcado en sus calles animando a la serpiente multicolor. A las afuera de éste, nos encontramos con el primer puerto importante de la carrera, “El salinas”, conocido popularmente como el Puerto de Los Cochinos. Subo más o menos bien, sin muchas dificultades salvo por el maldito calor. Después de una gran subida viene una gran bajada, que hice con bastante precaución por la existencia de varias trampas de arena que te provocaban extraños en la bici y el riesgo de caerte y peligrar el objetivo del día “Terminar, y de una pieza”.
Nos dirigimos hacia Setenil por un trazado que era nuevo este año, entrando por las calles principales del pueblo y dirigiéndonos hacia la sorpresa del día “la nueva cuesta del purgatorio” puerto muy duro, que aunque era corto parecía interminable, el termómetro del computador marcaba
Bajada hacía Benaoján por la carretera, alcanzando velocidades de hasta 60km/h, llegamos a
Llegados a la carretera nos desviaron hacia el Collado del Tajo, ya solo pensaba esto está terminado y ¡tengo que llegar aunque sea a pie!. Este año me había propuesto subir el cachondeo sin poner un pie en el suelo, y lo conseguí en las dos primeras rampas duras, hasta que me encontré a una petarda con un coche atravesado en medio de la cuesta, no siendo capaz de moverlo tras intentarlo en reiteradas ocasiones. Lo único que consiguió fue quemar embrague y obligarme a bajar de la bici, hasta cerca del último tramo que empecé de nuevo a pedalear.
Ya en las calles de Ronda, el ánimo de la gente te hacía ir en volandas, metí desarrollo y hacia
Después de una gratificante ducha y una espléndida cena-barbacoa, a penas sin descanso, nos fuimos a dar ánimos a los marchadores que se aproximaban al cuartel (aproximadamente km 76), agradeciéndonos, aquellos que todavía tenían aliento, esas calurosas palabras de apoyo. Allí estuvimos hasta las 3 de la madrugada, retirándonos luego a un merecido descanso… bueno no tanto.
Domingo 17 de mayo “La emoción de los últimos Cientuneros”
A las 7:30h ya estábamos de nuevo en pie, camino de
Esta ha sido la edición que hemos vivido con mayor intensidad, esperando que aún nos queden muchas más…
Los 101 de Hispano
De nuevo un año más hemos salido sanos, salvos y orgullosos de haber participado y terminado esta fatigosa prueba. Éste año, y llevo tres consecutivos participando y finalizando, he aprendido a ser más humilde, estaba con un cabreo impresionante porque me encontraba bien y cuando todo va bien todo es más fácil. Pero pinché y me caí en la curva de izquierdas dentro de Setenil, a
Al llegar al río antes del cuartel me esperaban mi mujer y mi hijo para darme una cámara nueva, puesto que si quería seguir y pinchaba ya no me quedaban más. Pero cuando les ví era tal mi enfado, que me iba a retirar, porque casi en todas las pruebas pincho, soy un gafe me dije, ya no corro más me voy. Mi mujer y mi hijo me animaron a
Aprendí que por bien o mal que estés en los 101 se trata de vencer barreras, sólo así, independientemente del tiempo en que lo realices, estarás satisfecho.